A la hora de preparar una sesión fotográfica, es frecuente infravalorar la importancia que la iluminación ejerce en ella. Hoy, vamos a daros unos pequeños consejos para lograr una luz uniforme en vuestras fotografías que favorezca al sujeto a fotografiar. ¡Tomad nota!
En toda fotografía de estudio es importante que existan tres, como mínimo, fuentes de luz, que son las que darán proporción y dramatismo a la imagen.
→ Luz principal: es la luz dominante en la escena. Es ella la que nos guía a la hora de saber, de un simple vistazo, qué es lo importante en la imagen y a qué se debe dar más importancia, pues su función consiste en que no pase desapercibido. Además, es la que proporcionará sombras y texturas a nuestra fotografía.
→ Luz de relleno: su principal finalidad es servir de ayuda a la luz principal para evitar que la imagen sea demasiado «plana». Así pues, es una luz secundaria que proporciona contrastes y suaviza sombras al rebotar en el entorno.
→ Contraluz: es, posiblemente, la luz más débil de todas, pero no por ello menos importante. Su función consiste en iluminar el fondo de la escena dando una sensación de profundidad a la imagen, evitando que los elementos del primer plano se confundan con el fondo.
Estas tres luces forman el llamado triángulo de iluminación, el esquema básico para poder lograr una buena fotografía.