La pasada nochebuena tuvimos la oportunidad de conocer a este pequeñín y a sus papás. Apenas tenía medio mes, pero ellos ya querían hacerle toda una sesión de fotos.
A pesar de ser tan pequeño, el recién nacido parecía saber perfectamente lo que era una cámara. Se mantuvo despierto todo el tiempo y no lloro ni una sola vez. Además, se dejó fotografiar sin problema con los peluches conejito de Pepita de Pepón y con los favoritos de su papá.
Cuando un bebé es tan pequeño es importante cuidar que esté cómodo en todo momento y tratarle con el mayor cariño posible, sin movimientos bruscos ni posturas forzadas. Es por ello que decidimos hacer de la cama de matrimonio el escenario para las fotografías, procurando que en ningún momento cogiese frío. ¡Y qué a gustito estaba!
Pronto podréis ver el resultado de la sesión en la galería de la web.